Cuanto tiempo sin subir nada a este blog. Vamos a desempolvarlo un poco.
Hoy me adentraré en describir, o intentarlo, ese sentimiento que hay en cada uno de los pericos y pericas que hay por Catalunya y España, además de cualquier otro que haya volado a otros países (como por ejemplo yo). Y también de lo que ocurre desde siempre con nuestro apreciado equipo.
Esa tan "meravellosa" minoría que representa el Espanyol es algo que se tiene desde dentro, quizás un poco dormido como me pasó a mi, pero se tiene. Es el alma que baña nuestra sangre de blanca y azul. Es, como dice uno de los eslóganes que tiene este club, "La força d'un sentiment" es algo que se nace y no se hace. Es, prácticamente indescriptible estos sentimientos que hay hacia este club que siempre ha sido maltratado. Ese sentimiento nunca lo podrán entender la otra entidad, que tiene "valors", que es "més que un club", porque nunca sabrán lo que siente tener un club como el nuestro.
Nosotros, los pericos, nos hemos sentido humillados por la prensa catalana, en concreto por la de la ciudad condal, desde siempre, poniendo el término que dijo el presidente Collet "nacionalbarcelonismo". Siempre se nos ha tratado como una mierda, dejando los méritos nuestros propios en deméritos del resto como si los triunfos cosechados a lo largo de nuestra historia fuese "cuestión de suerte" o que "el rival no estaba fino". Ser del Espanyol en su propia casa, en sus propias tierras, se considera un desprecio, te preguntan, "por qué? si ese equipo no vale para nada" o "si siempre estaréis sufriendo por no descender". Y qué? Acaso no se puede ser del equipo que llevas en la sangre?
Al Espanyol se le falta el respeto, no se le tiene en consideración respecto al otro club, no se le reconoce nada. Y en ésto, me vengo a referir a lo que ocurrió el pasado sábado, otro capítulo de la prensa "culé" (ya ni catalana la puedo considerar). El Espanyol, como sabrán, le puso muchísima intensidad al partido, tanto que el famoso tridente se quedó seco y no lograron batir la portería de Pau. Fue un partido de choque, de desgaste físico, de intensidad, de motivación, de que Cornellà empujó a muerte e hizo motivar a los nuestros, sacar un 0-0 de un partido casi desigual fue meritorio.
Qué pasó luego? Las quejas del equipo visitante no tardaron en llegar. "El Espanyol jugó a su manera, corrió, pegó" dijo uno de ellos (sabéis quién es y no diré nombres, de momento). Un exdirectivo se inventó lo de los gritos racistas sobre un jugador del equipo visitante, cosa que si son ciertas habrá que demostrarlo, además este mismo jugador negó insultos racistas.
Y qué hizo la prensa "catalana"? Menospreciar, como siempre, al Espanyol. "Dos postes y muchos palos", titulaba un periódico deportivo catalán con renombre, con su siguiente argumento "El árbitro permitió la agresividad del Espanyol y al Barça se le atragantó el partido". "Un palo de derbi" señalaba el otro periódico deportivo catalán donde "Hubo exceso de dureza y poco fútbol". Ahora resulta que para jugar al fútbol, hay que jugar como nenazas, que no hayan patadas, que no haya intensidad y que se deje jugar al fútbol. Qué hubiera pasado si el Barça hubiera empleado esa intensidad? Creo que los titulares de estos dos periódicos hubieran sido meteóricos, alabando la intensidad de los culés y, como siempre, menospreciando al Espanyol.
Después de eso, la tarde-noche de Reyes en el Camp Nou fue igual de intensa, pero ya vinieron los "valors" de la Masia. Por ejemplo la provocación al rival, celebrando goles en la cara del portero en un gesto antideportivo. Pero como se sienten superiores, porque ganan más, porque dicen estar en un equipo de leyenda y con esas actitudes, de verdad generan más asco que respeto. Sí, acabamos con 9, pero con orgullo, más que nunca. Y con 4-1, una remontada en Cornellà estaría muy bonita. 40.000 almas chillando y dándolo todo para intentar una clasificación muy difícil, pero más que nunca, orgulloso.
Por cierto, empiezo con nombres. La actitud grotesca del señor Luis Suárez con nuestro portero y luego diciendo "sos un desecho" en el túnel de vestuarios, debería darle vergüenza faltarle al respeto a un jugador, cuya posición es la más difícil de todo el fútbol y que seguro que este señor (se me ocurre muchas formas de llamarlo pero voy a ser respetuoso y no rebajarme al nivel de estos) no se atrevería a meterse en ella, cuando tiene en su equipo a dos buenísimos porteros, que salvan eliminatorias o puntos. A mi me hace eso y le reviento la cara de un balonazo, avisado queda. Encima al señor que le va la marcha, don Gerard Piqué (por ser cortés nada más, pero ni se lo merece) diciendo que la "meravellosa minoria" no llena su campo por algo será. Que sepa el señor Piqué, que no todos vivimos en la burbuja de millones que te rodea a ti y al resto de jugadores. Si estuviese Puyol ahí, a estos dos le cerrarían la boca bien merecida.
Y después de esto, no me extrañaría que la prensa culé le aplaudiesen ese comentario, adorándole como si no hubiera un mañana, porque si llega a ser al revés, ponen el grito en el cielo.
Ser del Espanyol en Catalunya es muy dificil, y más si se tiene esta prensa que van lamiendo los culos de estos. Como el Espanyol no gana títulos, no se merece ese respeto que si tienen los de la "Travessera de les Corts". Y por eso, y cada día, me siento más y más orgulloso de pertenecer a esta "meravellosa minoria" porque, casi nadie lo entenderá, solo los que pertenecemos a ella, es un lujo tener a este club que nos hace soñar cada día. Nos entregaremos siempre a ellos, porque es una forma de vida. Como he dicho antes, "La força d'un Sentiment mai canviarà". Y eso, los culés nunca lo entenderán.
Saludos.
@ivanmurillo_17
